¿Y si en lugar de tirarlo lo plantamos?

El plástico de un solo uso es uno de los mayores responsables de la contaminación de los océanos: representa más del 50% del problema de los residuos plásticos.

El envase se llama Sprout y está hecho con ananá. Las semillas son no invasivas y se incrustan en el material hecho a partir de ananás desechados. La iniciativa busca promover e impulsar a las comunidades rurales.

Cada semilla vuelve a la tierra.  El proyecto surgió en unión con Centro de Diseño de Filipinas.

Una alternativa sustentable

La diseñadora asegura que el material se puede procesar de diferentes maneras dando lugar a un cuero vegano, con características similares al animal.

Las capas se pueden coser, son resistentes al agua, se pueden pegar, colocar una encima de otra y perforar.

La suela del zapato resultante es muy elástica y vuelve a su posición original enseguida.

El material se vertió en un molde y luego se endureció. Por ahora, todo está en proceso de experimentación y sólo usaron desechos de la industria bananera suiza. Pero el potencial es enorme.